lunes, 7 de diciembre de 2009

Reflexión sobre La Ola









La película La Ola (Die Welle) del director Dennis Gansel, nos muestra la creación de una sociedad despótica dentro de una sociedad escolar. Un profesor que debe dar una clase de autocracia se propone explicar cómo funcionan este tipo de sociedades, recreando una con sus alumnos y haciéndolos asumir los roles y requisitos típicos de estas estructuras. Así, como un elemento pedagógico, como una manera de hacer llegar un conocimiento fue como el profesor Rainer Wenger (en la película) llevó a sus alumnos al estallido de una sociedad efervescente.

La primera pregunta que me formulé mientras veía la película, fue la de ¿por qué los seres humanos nos dejamos arrastrar fácilmente hacia sistemas autoritarios? Y a medida que avanzaba la película, la pregunta iba tomando más matices hasta quedar en ¿por qué existe tanta fascinación en la autoridad y en el poder? Pareciera que los hombres no pudiéramos resistir los límites y sin embargo, somos un amasijo vivo lleno de estructuras limitantes y de barreras que nos fundan como sociedad y como individuos, esto es lo verdaderamente paradójico de nuestra vida social; no resistimos los límites pero son ellos los que nos definen y nos crean un sentido. Así las cosas, en La Ola, se ve cómo algunas personas se sienten completamente atraídas y obnubiladas por un sistema que aunque nace sobre la base de la autoridad, la disciplina y la uniformidad, eliminando la autonomía y libertad individual, supone todo un movimiento de oposición a la gran mayoría y que va eliminando todos los límites de sus integrantes. Esta unión de fuerzas que se crea en las sociedades autocráticas y que van orientadas hacia la expansión de una ideología y de ciertas formas de pensamiento, hace que las personas que hacen parte del sistema, estén totalmente en función de éste, para ayudar y servir a su preservación. En el caso de la película, los integrantes del sistema son jóvenes de colegio, preadolescentes que comienzan a vivir y a experimentar el poder de la masa y la atracción, intrínseca al ser humano, creo yo, hacia la autoridad o más específicamente, hacia el lider.





Echando un vistazo rápido por la película, se podría pensar que parte del argumento fuerte de ella, va en el sentido de mostrar que esta seducción hacia la dictadura es un riesgo que se corre entre los adolescentes, debido a su inexperiencia, a su poco discernimiento sobre los acontecimientos y a que éstos están apenas encontrando su identidad y entendiéndose seres libres e independientes por lo que sería probable que pudieran caer en esta clase de redes dictatoriales. Pero ¿cómo podríamos aceptar una idea tan facilista sobre la condición humana y sobre nuestra historia? Solo basta con ver cómo nos movemos como sociedad para entender que toda esta reflexión va mucho más lejos y que nos habla de un imaginario colectivo que está en constante choque y vibración. Para dar un ejemplo y no ir tan lejos, se me ocurre hablar de nuestro actual sistema de gobierno que entre muchas otras cosas, suscita fuertes reflexiones acerca de cómo actuamos en tanto grupo social. La gran mayoría de lo que podríamos llamar pueblo colombiano, eligió a un presidente con mano dura, que mandara en la casa de todos y una figura completamente mesiánica que llegaría a salvarnos de las garras del enemigo y además a darnos la paz eterna, Amén… Este ejemplo cercano, como hay muchos otros en el mundo y a lo largo de la historia, nos demuestra que caer en un régimen despótico y autoritario no es solo cuestión de jóvenes en crisis: es en general, el problema de ser masa.






Sí, los jóvenes corren riesgos porque la mayoría no están bien ubicados todavía en la sociedad y el temor que los envuelve los hace vulnerables, pero no es solo un asunto de juventud. Yo creo que todos los hombres, por el hecho de pertenecer a gran grupo heterogéneo, amorfo y desconocido, en espacios donde todo puede ocurrir y donde se está constantemente en tensión, somos victimas en potencia de la fuerza del más grande y de las ideas que pregonan la destrucción del diferente. Estos comportamientos solo pueden darse cuando se es masa, cuando se reúne la fuerza del grupo y se condensa para el mismo fin, esa potencia que se da en el seno de las efervescencias colectivas nos resume a nada, a una nada que es la esencia del todo como masa y que tiene la capacidad de convertirse en cualquier cosa y llegar a sorprendernos. Como en el caso del profesor, quien cayó en su propio juego y comenzó a dejarse llevar por el rol de Lider o más bien de Führer.

A los jóvenes de la película, fue el profesor quien los reunió como sociedad, pero realmente fue la explosión de una efervescencia la que creó de todo este juego pedagógico, un arma despótica, una sociedad peligrosa. Fue la necesidad la que una vez unidos, los confirmó como masa, fue la sensación de poder (al estar unidos) que los hizo actuar de manera anormal y llegar al sacrificio de su individualidad. Se preguntaba al principio de la película, si se tenía claro que el nacionalismo extremo no era sano y los alumnos dijeron que sí, pero vemos claramente que el problema no es el nombre que le damos y los demonios que creemos debemos eliminar (comunismo, socialismo, nacionalismo, oposición, protesta, etc.) es el hecho en sí de poner una ideología por encima de los demás y lo que es peor, de nuestra propia integridad.

11/09/01: el día de la luz.



El 11 de septiembre de 2001, fue un día muy importante tanto para los Estados Unidos como para el mundo entero, no solo por las miles de victimas mortales que ocasionó el atentado a las torres gemelas y el pentágono, sino también porque recordamos con este suceso, los muchos atentados terroristas que el mundo ha debido soportar, recordamos con esto, toda la miseria, el dolor y la muerte que existen en cada rincón del planeta. Murieron muchos hombres y mujeres inocentes ese fatídico martes de septiembre, sin embargo no podemos olvidar que muchas otras personas inocentes mueren a diario en el mundo y que aunque estas no se encuentran en el foco de los medios, existen y sufren en silencio. Esto es lo que muestra la película 11/09/01 el día que cambió el mundo, de allí que este sea un material tan importante para comprender lo crucial que fue ese día, portando la mirada de diversos lugares del planeta, sobre el dolor norteamericano.


Teniendo en cuenta la historia de los Estados Unidos y lo que representa este país en el funcionamiento actual del mundo, es interesante lo que estos once directores de cine de países como Francia, Egipto, Irán, Burkina faso, México, Reino Unido, Japón, India y los Estados Unidos, entre otros, muestran de sus impresiones y reflexiones acerca de este terrible acontecimiento. Para tomar un ejemplo concreto, me interesaré en el cortometraje de Sean Penn (estadounidense) el cual nos muestra, a grosso modo, la historia de un hombre viejo que tras vivir en un mundo de fantasía, donde cree estar con su esposa, descubre justo el martes 11 de septiembre de 2001, que ella existe nada más en su imaginación.


Este corto me parece significativo para abordar dos temas: en un primer lugar, el tema del puesto de los civiles en estas situaciones de conflicto, y por otro lado, la analogía que se puede encontrar entre la historia narrada y la nueva historia que viven los estadounidenses a partir del 11 de septiembre de 2001.


Este corto, nos muestra a un hombre de edad avanzada que vive solo en una pequeña y oscura casa. Este hombre, se la pasa viendo televisión y hablando con su esposa ausente. Él cree vivir con ella, haciéndola existir por medio de su ropa, ropa que él escoge cuidadosamente cada mañana y extiende sobre la cama como vistiéndola. Un día, el día en que las torres se van abajo, él no se da cuenta de la tragedia que se vive a fuera. Lo que él encuentra ese día es que la luz entra, por primera vez, por su ventana, y ve cómo las flores marchitas que conserva de su mujer, florecen. En esta historia, el anciano representa al pueblo estadounidense, a los civiles, a la gente del común que tal vez no se interesa por la guerra, ni por ser una potencia económica y que mucho menos entiende de una guerra santa. Esa gente solo quiere vivir libremente, hallarse entre las sombras de tanta opulencia, entre alfombras rojas y limosinas, existir en una atmósfera de juegos de televisión, de “Top show”y de apariencias, poder ser individuos en una economía de masas, en un país que pregona poder y bienestar y donde 30.000 personas se suicidan cada año. Este anciano nos permite ver a toda la gente inocente de ese país, a esa gente que va a destiempo con el desarrollo, a los hombres y mujeres que sufren el odio que otros sienten por su país, civiles alejados de la guerra, que ríen, sueñan y sufren como cualquier otro ser humano. Normalmente, y eso es lo que se ve a lo largo de toda la película con los otros cortometrajes, es este tipo de gente quien más se ve afectado en los momentos de conflicto, son los civiles quienes pagan más caro el precio de la guerra.


En un segundo lugar, este trabajo cinematográfico nos presenta claramente una analogía entre esta historia del anciano y la historia que se escribió para los norteamericanos el día en que las torres fueron derribadas. En la historia narrada, el viejo se queja por la poca luz que entra a su casa y se compara en un momento con las flores marchitas de su esposa diciendo que tanto ellas como él, necesitan luz para “despertar”. Y eso fue lo que pasó. Cuando él se encuentra en penumbras vive una fantasía, pero en el momento en que las torres caen, dejando al descubierto los rayos del sol que por años le han sido negados, este entiende su realidad, su triste realidad. Abre los ojos y ya con luz le es imposible no ver, así que descubre que su mujer no está, que nunca ha estado y llora su ausencia. Esto fue exactamente lo mismo que pasó en las mentes de los estadounidenses al ver cómo el emblema del poder norteamericano se venía abajo. Las torres gemelas, eran el símbolo del poder económico y político de los Estados Unidos de Norteamérica, el orgullo de su imperio, el que representaba su grandeza.


Y aquí tenemos la semejanza. Hasta ese día, el pueblo norteamericano, que ha vivido por años a la sombra de la grandeza de su país, que ha mirado impávido cómo sus gobiernos destruyen países enteros, descubre su verdad de la misma manera que el anciano. En ese momento, el 11 de septiembre de 2001, tras haberse derrumbado esa insignia que los mantenía abrigados, reconocen que no son invencibles y tienen a partir de este momento la luz suficiente para ver lo que pasa a su alrededor, para despertar y darse cuenta de lo que han creado (como pueblo que elige a sus representantes, por ende responsables de las políticas de gobierno expansionista y guerrerista implantadas por años en su país), ven el odio que han engendrado y sienten el dolor de la guerra.


Los otros cortometrajes que se encuentran en la película me parecen muy interesantes en tanto que muestran la mirada de otras culturas sobre los acontecimientos, dejándonos ver cómo muchos países que sufren día a día la desgracia de la guerra y el terrorismo, (guerras muchas veces alentadas por los Estados Unidos) paran un momento de su vida, para sufrir con ellos, para aprovechar y gritarle al mundo, así sean gritos sordos, que ellos también sufren. Aun así, escogí el cortometraje de Sean Penn, (corto que tocó muchas fibras en mí) porque es indispensable conocer lo que se vivió desde el interior y este trabajo lo muestra de una manera maravillosa.



Como dije anteriormente, con esta película se nos hace participes de las reflexiones de unos muy buenos directores, reflexiones que ante todo, nos dejan unas grandes inquietudes y por otra parte, nos abren la mente a través del arte y nos ayudan a dilucidar algunas conclusiones. Esperemos que no hagan falta más actos terroristas para que, los estadounidenses o nosotros mismos como colombianos, comprendamos que, como dijo Salvador Allende: “La historia la hacen los pueblos.” y somos nosotros los responsables de nuestros gobiernos.



“EQUILIBRIUM” Y “SOBRE LA DIFICULTAD DE AMAR AL PROJIMO”





He wishes for the cloths of heaven





Had I the heavens' embroidered cloths,Enwrought with golden and silver light,The blue and the dim and the dark clothsOf night and light and the half-light,I would spread the cloths under your feet:But I, being poor, have only my dreams;I have spread my dreams under your feet;Tread softly, because you tread on my dreams.-- William Butler Yeats

Con este extracto de un poema de William Butler Yeats, publicado en la colección “El viento entre las cañas” (1899), es imposible no pensar que un ser humano, al que le han arrebatado su humanidad no piense en retomarla a cualquier precio. Esto es lo que vemos en la película Equilibrium realizada y dirigida por Kurt Wimmer y estrenada en los Estados Unidos en el 2002, película en la que este poema fue utilizado.




Al ver la película, viene a mi memoria un texto de Zygmunt Bauman, sociólogo judío polaco que se ha dedicado a analizar la naturaleza de la modernidad entre otros temas de tipo social, antropológico y político, titulado: “sobre la dificultad de amar al prójimo” y que corresponde al tercer capítulo de su libro “Amor liquido”, libro que trata la fragilidad de las relaciones entre los seres humanos en la modernidad.


Entre ese ensayo y la película Equilibrium, encuentro muchos puntos en común que ameritarían un estudio y el establecimiento de un dialogo entre estos dos textos.


Equilibrium nos sitúa en un futuro distópico después de la tercera guerra mundial, en el que la humanidad es privada de cualquier sentimiento (por efectos del “prozium”) y donde todas las formas de sentir son ilegales; y un hombre, encargado de hacer cumplir la ley, se levanta para derrocar el sistema. En Libria, lugar donde se desarrolla la historia, el gobierno, constituido por un solo patriarca llamado “Padre” y su concejo, establece un tipo de armada llamada Clerecía Grammaton que se encarga de mantener reprimida la humanidad dentro de cada ser humano. Erradicaron las emociones humanas que causan una reacción (el odio, la ira, la tristeza…) y suprimieron los agentes de la “enfermedad” de los humanos: el arte, la literatura y todo lo que pudiera traer a la memoria de unos seres que ven los sentimientos como una huella borrosa del pasado, un poco de su humanidad perdida. Sin estas sensaciones, se dice que la humanidad está en paz, pero realmente lo que han hecho es reemplazar todos esos males que la aquejaban, por otros mucho peores.


“Sobre la dificultad de amar al prójimo” trata las mismas nociones y el mismo tema en general, enfocado hacia la explicación de lo difícil de los lazos humanos. Bauman comienza exponiendo que el ser humano no puede estar solo, ya que hasta su amor propio está supeditado al amor que le brinde su prójimo. Parte de este punto para establecer lo fuerte de los lazos entre los hombres y lo frágiles que se han convertido en la actualidad. El autor reivindica en su texto la dignidad y la solidaridad humana. No se puede pensar que la primordial característica de los seres humanos consiste en la conservación y supervivencia a cualquier precio, sino que el valor intrínseco de la humanidad es el de una vida digna. Y esto se evidencia en la película cuando vemos a Mary O’brien, una mujer condenada por sentir, dispuesta a morir de una manera aparentemente tranquila, ya que vivir sin tener derecho de sentir, de recordar, es decir, de hacer cosas para las que, como seres humanos, estamos hechos, no es vivir dignamente y la solución es la muerte.
Se expone en el escrito, que son los niños los que conservan su humanidad intacta y pura y que con el paso del tiempo y con la entrada a la adultez, se pierde esa humanidad. Así que habría que proteger a los niños para cambiar la sociedad y que cuando crezcan conserven un poco de dignidad, ya que:

“No existen atajos que conduzcan a un mundo hecho a la medida de la dignidad humana, (…porque…) el mundo que existe realmente, es construido por gente ya despojada de su dignidad y desacostumbrada a respetar la dignidad humana de los otros”.

Bauman cuenta que Henryk Goldszmit pensaba que los seres humanos podrían cambiar el mundo y sus abominables hábitos, pero con los años y con las guerras, el miedo, el caos y los muchos muertos provocados por las malas y buenas intensiones, sus ideas de la posibilidad del hombre de cambiar su entorno murieron.




Esto es lo que vemos en la película, después de una supuesta tercera guerra mundial, en la que el mundo ha sufrido ya bastante por causa de los seres humanos, la alternativa que se encuentra es la de acabar con la humanidad de los seres que habitan el planeta y acabar con el orden establecido, ya que es a causa de esta humanidad y de las diferencias que ella provoca entre los individuos, que el mundo ha sufrido tanto. Y es por este sentimiento, tal vez noble al principio, que se arma todo este nuevo orden y esta automatización y uniformidad de la sociedad. El sociólogo en una parte de su ensayo habla de esa fascinación por la homogeneidad y esto viene de que tenemos miedo al otro, al diferente y con “una comunidad de semejantes” la masa se puede controlar aun más.


En la película se establecen rasgos de la sociedad actual que son los que Zygmunt Bauman transmite y es por esto que uno puede establecer lazos concretos entre las dos lecturas. Por ejemplo el autor dice que la sociedad es mixofóbica y que a los seres diferentes se les persigue, se les deshumaniza para poder así tratarlos como objetos y se les expulsa, de la misma manera que en la película se ve que hay gente “diferente” que debe vivir aislada de esa sociedad mecanizada.

Con el catastrófico holocausto nazi, muchos sociólogos y siquiatras, al tratar de entender cómo habían sido capaces tantos seres humanos de cometer actos tan atroces contra otros hombres, concluyeron que para poder cometer esos actos primero se deshumanizaba a la victima para así ver como algo justo (por supervivencia, por la paz…)o no muy grave, su eliminación, y es interesante ver cómo en esta película son los deshumanizados los que atacan a la verdadera dignidad humana, idea que converge en un mismo punto con el pensamiento de Bauman:

“Quien busque la supervivencia asesinando la humanidad de otro ser humano sólo consigue sobrevivir a la muerte de su propia humanidad”


En Equilibrium se adopta una posición para acabar con las guerras despojando a los seres humanos de su dignidad y libertad y cometiendo los mismos actos inhumanos que se castigan, lo malo es que no se tiene conciencia de esa ineficacia del proceso y todos van como maquinas siguiendo las órdenes impuestas por un grupo.


A propósito de esto, creo que es interesante ver las supuestas diferencias entre la sociedad pintada en la película y la sociedad actual descrita por Zygmunt Bauman. En la película hay una sociedad homogénea, unitaria, una masa con órdenes y estamentos sólidos e inamovibles en tanto que Bauman, nos muestra una sociedad frágil, donde la gente es toda diferente, en la que no hay un punto de referencia solido para las buenas relaciones entre los seres humanos. ¿Acaso esta aparente diferencia, no es el primer paso para una futura semejanza?


Nuestra sociedad actual vive “guetoizada”, con núcleos de personas iguales, ricos, pobres, “subculturas” que siguen unas estructuras de comportamiento muy solidas, grupos de jóvenes que dicen tener la verdad sobre la vida; el hombre contemporáneo está más alejado de su prójimo que en cualquier otra época y por la falta de un orden social adecuado y el miedo y la incertidumbre que ésto genera en las sociedades, estamos cada vez más imposibilitados para confiar y relacionarnos con nuestro entorno.


Pensando que todo el distanciamiento entre los hombres nos lleva a más incomprensión y a más miedo, podemos pensar que es esto lo que genera más violencia, así que sería factible llegar a conclusiones apolíticas y comportamientos fascistas como los de la sociedad de la película. Lo que queda por ver, y eso es lo que hace interesante esta aproximación de la película con la lectura, es hasta qué punto nosotros estamos en capacidad de detener algún otro atroz ataque a nuestra humanidad, para evitar todo el sufrimiento que ya los hombres han vivido en el pasado y de esta forma impedir que se repita la historia. Debemos encontrar una forma para preservar nuestra humanidad, la dignidad humana y el respeto por la humanidad de nuestro prójimo. Podríamos empezar por nuestro entorno antes de tratar de establecer cambios significativos y generalizados. Yo, a diferencia de Zygmunt Bauman, me atrevo a ser más optimista y pensar que a conflictos globales, si podemos encontrar soluciones locales.


domingo, 6 de diciembre de 2009

La Rival de Lisa y Edgar Allan Poe





Los Simpson, la exitosa serie animada estadounidense que desde 1989 ha emitido 445 episodios en 21 temporadas y ha cautivado con su humor, ingenio y realismo a millones de personas alrededor del mundo, constituye uno de los más importantes referentes culturales del siglo XX, tanto en Estados Unidos como en el resto del planeta. La serie se ha alimentado de hechos históricos importantes, del cine, la literatura, la música, la televisión y la ciencia para construir una sátira a la sociedad llena de creatividad y calidad en su realización, elementos que la convierten, según la revista Time, en la “Mejor serie de televisión del siglo XX”.


Por esto, no es extraño encontrar que La rival de Lisa, uno de los capítulos de la 6ta temporada, maneja el mismo tema de uno de los cuentos de Edgar Allan Poe, El corazón delator, que además hace parte de la historia de manera concreta ya que Allison Taylor, la rival de Lisa, utiliza la historia del asesino para hacer el diorama que presentará en el Diorama-rama del colegio, siendo este el momento central del capítulo.


Lisa Simpson, es un personaje que se ha construido frente a los ojos del mundo como la niña cerebrito de su escuela con capacidades inusuales para una niña de 8 años, preocupada por los problemas del mundo, ecologista, vegetariana y hasta budista en un capítulo, manifiesta deseos de luchar contra las injusticias que ve en el mundo de los grandes y es el personaje que instaura, la mayoría de las veces, los conflictos éticos y morales en su familia. Ella es la niña buena e inteligente, de la que se espera sensatez, dignidad y honestidad.


En el capítulo, La rival de Lisa, se ve en peligro toda la estructura ética que la niña ha construido para nosotros a lo largo de la serie y su comportamiento se vuelve inusual por la envidia que siente al ver que es desplazada en las actividades que la destacaban, por una niña nueva en su curso, Alison Tailor, quien además de tocar mejor el saxofón y ser inteligente, es un año menor que ella. Allí, frente a la niña nueva, su envidia crece y está, a lo largo del capítulo, tentada de hacer algo en contra de Alison que le devuelva su puesto en la escuela, que entre otras cosas, es sumamente importante para la vida de Lisa porque es a partir de él que ella se ha construido como persona.
El cuento, El corazón delator, narra la historia de un hombre que busca la manera de matar a un anciano porque, a pesar de que jamás le había hecho nada malo y lo quería mucho, tenía un “Ojo de buitre”, un “ojo celeste, velado por una tela” que le resultaba aterrador. Por esto lo mató, para deshacerse de ese horrible ojo que lo perseguía. Una vez muerto el anciano, el asesino lo esconde debajo de las tablas de la habitación. Todo sale perfecto, llenando de orgullo al asesino quien, con cinismo, relata la historia en primera persona contando todo lo que hizo para ocultar el cuerpo y eliminar los rastros. Sin embargo, cuando la policía entra a registrar la casa, aunque al principio pone a prueba su plan atendiendo a los oficiales en el mismo cuarto donde ha enterrado al anciano, poco a poco, empieza a escuchar los latidos del corazón del muerto retumbando en sus oídos. Es el fuerte latido de corazón que él cree escuchar bajo las tablas del piso, lo que hace que confiese su crimen.
En el capitulo, La rival de Lisa, se hace eco de este cuento, contándonos la historia en la que Lisa, impulsada por la envidia que siente hacia la niña nueva, y aconsejada y ayudada por su hermano Bart, cambia el diorama realizado por Alison para la feria de dioramas del colegio, que además tiene por título "El corazón delator", por un corazón de verdad, para así desprestigiar a la niña y ganar el premio. Al final, mientras Alison es regañada por llevar un corazón ensangrentado al colegio, Lisa escucha que allí donde ocultó el verdadero diorama, suena cada vez más fuerte, un horrible latido de corazón. Lisa, no soporta el sonido y saca el diorama de Alison de donde lo había escondido. A pesar de todo esto, ninguna de las dos niñas gana el premio y Lisa acepta lo que hizo, entendiendo que perder no es el fin del mundo y que es posible no ser la mejor.
Estos dos textos, el cuento de Poe y el capítulo de los Simpson, tienen el mismo tema. En éste se muestra cómo el protagonista se enfrenta a aquello que está mal y se dibuja un problema ético. En el personaje de Poe, un hombre altivo y cínico que, deliberadamente, quiso matar al viejo en cuyo “ojo de buitre” alojó su ira y concentró su despreció, no se arrepiente de su crimen, lo confiesa porque los latidos del corazón, símbolo del remordimiento, se tornan insoportables.
Los latidos del corazón serán el símbolo del remordimiento y ante estos insoportables latidos, él asesino confesará su crimen. En La Rival de Lisa ese personaje de Poe se desdobla y es representado en los personajes Bart y Lisa. En este caso de la serie, Lisa no habría podido desahogar sus celos sola, ya que ella como personaje ya está estructurada y se supone que es Bart quien encarna ciertos antivalores que le posibilitarían actuar de manera poco ética, así que él se convierte en su ayudante. Aquí los dos son “el asesino”, sin embargo, al final del capítulo, cuando Lisa confiesa su falta, se reestructura de nuevo su imagen. Vemos que ante lo que está mal hecho, Lisa se arrepiente y aprende.